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Ronda:
Historia de Ronda

Emplazamiento Pre-historia Proto-Historia
Época Ibérica Época Romana Época Visigoda
Época Musulmana Conquista Castellana Siglos XVI y XVII
La Real Maestranza de Caballería de Ronda Siglo XVIII
Siglo XIX Siglo XX
Siglo XX

A comienzos de esta centuria la situación de pobreza toca fondo, problema que es extensible entonces a toda Andalucía, por el estado ruinoso del medio agrícola. Comienza el siglo con una fuerte sequía, 1905, que provoca estragos en la población que pasa hambre, lo que produce conflictos y sublevaciones obreras.

En Ronda, 1918, se celebra la Asamblea Andalucista , presidida por Blas Infante, que aprueba los símbolos de Andalucía: la Bandera , el Escudo y el Lema.

A pesar de las penurias, no obstante en nuestra ciudad se produce un nuevo ordenamiento urbano en el siglo anterior que permite eliminar los defectos e irregularidades de las antiguas calles, de trazado islámico la mayoría, y se establece un sistema de alineaciones que favorece la aparición de la arquitectura modernista, con los dos arquitectos, que ostentaron la plaza municipal, autores de estas edificaciones: Pedro Alonso Gutiérrez (siglos XVIII y XIX) y Santiago Sanguinetti Gómez (siglo XX). El modernismo rondeño según explica la historiadora Emilia Garrido tiene claras dependencias del Art Nouveau belga y francés y el Secesionismo, sin olvidar la formación catalana de Sanguinetti. Este arquitecto fue autor del precioso y desaparecido, por derribo en los años 70, del Teatro Espinel, inaugurado en 1909, y que sin duda alguna ha sido el atentado más grave cometido contra un edificio de gran valor artístico en nuestra ciudad.

Con la llegada de la República se vivieron años convulsos y de gran inestabilidad en el gobierno municipal. La sociedad rondeña estaba claramente dividida entre burgueses (comerciantes, terratenientes e industriales) y obreros (trabajadores y campesinos). Los partidos, llamados democráticos, tampoco estuvieron a la altura de las circunstancias. Con la sublevación militar del 36, grupos obreros quisieron aprovechar dicha situación para la eliminación de cualquier forma de Estado y la instauración de un verdadero comunismo libertario, esto ocasionó la quema de conventos e iglesias, el apresamiento y fusilamiento de una cantidad muy importante de rondeños considerados burgueses y no adeptos a la República. La entrada de las tropas franquistas el 16 de septiembre de 1936 no cambió mucho las cosas, se produce un importante éxodo de rondeños, que huyen por temor. Los vencedores de la Guerra Civil fueron implacables con los derrotados, se abre un periodo de Tribunales Militares, de Responsabilidades Políticas, de Represión a la Masonería y al Comunismo. Se inicia una era de involución y una sólida cultura del silencio y el miedo, de una posguerra marcada por la pobreza. Hasta los años 50, Ronda no comienza a resurgir gracias principalmente a la implantación por todo el territorio andaluz de su Caja de Ahorros y a la creación de algunas industrias incipientes, que no evitan por otro lado que se produzca un fenómeno que dejará a la ciudad y sus pueblos exhaustos: la emigración, que se convierte en la única vía para muchos de salir de la calamidad en que se habían convertido sus vidas. Con la muerte de Franco, en 1975, y la instauración de un régimen democrático, se produce la reconciliación, la vuelta de los exiliados y emigrantes y el despegue económico, aunque no del aislamiento que secularmente ha estado condenada nuestra ciudad. Las comunicaciones, aún hoy, siguen siendo nuestro gran caballo de batalla y nuestra más importante carencia.