Con el paso de los años, después de la conquista castellana, las antiguas casas musulmanas van perdiendo su identidad e intimidad al ir abriéndose a las calles con nuevos vanos. La humildad de las fachadas se sustituyen por otras en las que aparecerán portadas cada vez más ricas y monumentales que, al tiempo que embellecen y modifican la imagen de la ciudad, aluden con sus blasones a la clase nobiliaria que los habita. Destacando algunas viviendas que podemos considerar como verdaderos palacios.

Estas casas se encuentran en la Ciudad (casco histórico), en donde domina el tipo de vivienda de gran tamaño, con portada blasonada, realizada en piedra, algunas de las cuales datan de finales del siglo XV o principios del XVI, con un aire gótico-mudéjar. Son portadas adinteladas, de una gran sencillez, con escudos en el centro del dintel y encima una ventana enrejada, sustituida luego por un balcón con un perfil cada vez más complicado.

En el siglo XVII aparece en Ronda un tipo de guardapolvo volado que hará fortuna y que seguramente reproduce otros antiguos. Tanto las rejas como los guardapolvos derivan de los ajimeces musulmanes.

Las puertas dan entrada a un zaguán, del cual parte un estrecho pasillo o paso en recodo que conduce al patio o patios interiores, verdaderos focos de vida de las viviendas.