Al Sur de la Sierra de Grazalema, en dirección al mar, y a caballo entre las provincias de Cádiz y Málaga, se encuentra el Parque Natural de los Alcornocales, creado en 1989 y con una superficie aproximada de 170.000 Ha , de las cuales aproximadamente 12.000 están incluidas en la Serranía de Ronda, en los términos de Ronda y Cortes de la Frontera.

El sustrato geológico está formado fundamentalmente por areniscas, donde se alzan una serie de crestas que originan angostos valles fluviales, conocidos como “canutos”. Esta especial disposición gráfica y el viento cargado de agua procedente del mediterráneo originan un microclima de alta humedad ambiental que favorece la presencia de especie vegetales de tipo subtropical (lauri-silva), reliquias de la Era Terciaria.

La presencia del mayor alcornocal de la Península Ibérica y uno de los más importantes del mundo, proporciona un indudable valor botánico y paisajístico a este espacio. El alcornoque, con un aspecto generalmente desnudo, por la saca del corcho, ha alcanzado una situación privilegiada gracias al aprovechamiento racional de este recurso, explotado desde tiempos inmemoriales. Existen también bosques de quejigo andaluz, otra de las especies más características, formando espesos y frondosos bosques, además de la presencia de algarrobos y centenarios acebuches.

La fauna constituye asimismo otra de las riquezas del Parque. Entre los mamíferos se encuentran el ciervo, gamo, cabra montés, jabalí, zorro, gineta, tejón y el corzo. Entre las rapaces destacan el buitre leonado, alimoche, águila culebrera, águila perdicera, halcón común, búho real, cárabo común y águila imperial.

La extracción del corcho es uno de los recursos más importantes de este Parque, conjugándose con otras actividades, como la caza mayor y la ganadería, principalmente de cabras y de vacas retintas.