Cargando

Ronda:
La comarca natural

La Serranía de Ronda Parque Natural Sierra de las Nieves
Parque Natural Sierra de Grazalema Parque Natural de los Alcornocales
El Valle del Guadiaro El Valle del Genal
La Comarca del Guadalteba Turismo Rural, Senderismo y Deportes de Montaña
El Valle del Genal

El Valle del río Genal es uno de esos lugares, que por inesperados, asombran a todos los que lo visitan por primera vez. Predomina el bosque caducifolio constituido por cientos de hectáreas de castañar. Este extraordinario y precioso valle, se extiende sobre 50 Km . de largo y una anchura media de 10 Km . de ancho. La impronta del castañar presta al Valle paisajísticamente cuatro bosques en uno: en otoño, el multicolor ocre y amarillo; en invierno, ramaje oscuro; en primavera, verde brillante; y en verano, verde oscuro de agradecida sombra.

La depresión cavada por el río se caracteriza por unos fuertes desniveles sobre distancias cortas, cañadas estrechas y profundas. Está cubierto por una uniforme vegetación y sus pueblos, esparcidos por todo el valle, se integran perfectamente en el paisaje. Sus altas cimas que llegan hasta los 1.000 m aíslan a este paraje de los territorios circundantes. Tiene dos orientaciones distintas, en su cabecera discurre de Este a Oeste entre la Sierra del Oreganal, que lo delimita al Norte, y Sierra Bermeja, que lo delimita al Sur. En su parte media queda cerrado por el Oeste por las Sierras de Atajate (Sierra Espartina) que crean una frontera física entre este Valle y el del Guadiaro, río en el que desemboca el Genal. Hacia el Sur se abre a las llanuras del Campo de Gibraltar.

Este Valle se divide en tres partes:

El Alto Genal o Havaral, que corresponde a la parte comprendida entre el nacimiento del Genal y el río Gorgote. En ella se ubican los siguientes pueblos: Parauta, Cartajima, Júzcar, Alpandeire y Faraján en el margen derecho del río; y Pujerra e Igualeja que están en el margen izquierdo.

El Genal Medio es la porción que se encuentra entre los ríos Gorgote y Almachar. Al margen derecho del Genal se ubican Atajate, Benadalid, Benalauría y Algatocín; y en el margen izquierdo, Genalguacil y Jubrique.

El Bajo Genal, se extiende entre el río Almachar y la desembocadura del Genal en el Guadiaro. Tan sólo cuenta con dos pueblos situados en el margen derecho del río, Benarrabá y Gaucín. Además de los bosques de castaños, existen otras especies forestales como los alcornoques, los quejigos, los pinares y las encinas.

El verdor de las colinas del Valle del Genal viene dado por la proximidad de dos mares: el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, así como la barrera física que suponen las montañas a las influencias continentales que determinan el clima de esta cuenca. La altura, la orientación de las laderas y la situación más o menos próxima al fondo del valle participan también en la creación de numerosos microclimas dentro de este conjunto.

Su situación y las montañas que lo rodean, con una única entrada por el Suroeste, han hecho del Valle del Genal un lugar muy poco accesible hasta el siglo XX, este aislamiento lo ha configurado como un valle muy aislado, por lo que la presencia de culturas históricas anteriores a la musulmana no es muy evidente. La época musulmana deja una profunda huella en todo el valle, llegando muchas de sus costumbres y cultura hasta nuestros días.

Con la conquista castellana Ronda y su Havaral fueron cedidos por los Reyes Católicos como Señorío del Príncipe heredero Juan, pero al morir éste no puedo tomar posesión de sus tierras, pasando la propiedad a su esposa la princesa Margarita, que en 1499 al regresar a Flandes hace revertir todo este territorio nuevamente a la Corona , por lo que se convirtieron desde entonces de realengo, propiedad directa de los Reyes, en contraposición a los de régimen señorial, propiedad de algunos nobles señores, como ocurrió en algunos lugares del Valle del Guadiaro y el Genal medio y bajo, donde Jubrique y Genalguacil pertenecieron al Señorío de los Ponce de León.

En estos pueblos del Valle del Genal y Guadiaro tuvieron lugar las rebeliones de los Moriscos de 1501 y 1568, ésta última concluyó con la expulsión de los mismos para siempre. Esto supone la despoblación del lugar y la desaparición de numerosos núcleos urbanos, pueblos enteros y alquerías, sobre los que de algunos aún se pueden observar sus restos.