Este sabio musulmán natural de Ronda, descubrió el proceso de fabricación del vidrio que se puso en práctica en los hornos de Córdoba. Su afán de conocimientos le llevó a probar, 600 años antes de Leonardo da Vinci, una máquina voladora individual. Se lanzó al aire desde la Ruzafa cordobesa manteniéndose un largo rato en el aire aunque el aterrizaje fue algo violento.
Fue el primero en utilizar en la Península Ibérica las tablas astronómicas de Sinhind, de origen indú, básicas en el desarrollo de la ciencia europea. Introdujo también la técnica para tallar el cristal y construyó un reloj anafórico y la primera esfera armilar europea. El reloj anafórico es una complicada máquina que utiliza agua como líquido motor, a la que cierran o abren el paso una serie de válvulas y sirve para dar la hora tanto de día como de noche. Las esferas armilares, por su parte, se utilizaban para realizar cálculos y observaciones astronómicas aproximadas, orientando los círculos del instrumento según el plano de los círculos celestes. Fue conocido, pues, como astrólogo, alquimista y poeta. Sabio excéntrico construyó un planetario en una sala de su propia casa que representaba la bóveda celeste, ambientado todo con efectos sonoros y visuales que simulaban los distintos agentes atmosféricos: la tormenta, el rayo y el trueno.
Abbas Ibn Firnas fue el único que descifró el tratado de métrica árabe de Jalil. Murió en Córdoba 887 d. C.