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Ronda:
Monumentos de Ronda

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Parroquia de Padre Jesús Fuente de los Ocho Caños Iglesia del Espíritu Santo
Puerta de Almocábar Convento de las Franciscanas Convento de San Francisco
Santuario de la Virgen de la Cabeza y Cuevas de San Antón Acueducto de la Hidalga Acinipo
Cueva de la Pileta
Acinipo

La ciudad y yacimiento arqueológico de Acinipo están situado en la Depresión de Ronda, a 20 Km . de ésta. Se llega por la carretera Ronda-Sevilla, desde la que en su km. 108, a 10 de Ronda, parte la carretera comarcal a Setenil, que tras 10 km . de ascenso, permite llegar a las ruinas de Acinipo. Situada en una gran mesa caliza, con una altitud máxima de 999 m . sobre el nivel del mar, con una superficie total de 32 hectáreas . Su situación le proporciona un valor estratégico y de dominio visual del territorio que le rodea.

Los restos constructivos visibles pertenecen a la ciudad romana de Acinipo, aunque investigaciones y excavaciones arqueológicas, han demostrado que la ocupación de este asentamiento es mucho más antigua, abarcando una cronología que va desde el cuarto milenio a.n.e. al siglo IV-V después de Cristo.

Según diferentes campañas de excavaciones arqueológicas, se van desarrollado una serie de fases constructivas sucesivas, centradas en el segundo y primer milenio a.n.e., que muestran la evolución en un área del poblado, primero prehistórico, que va alcanzando una gran envergadura, tanto en extensión como en riqueza y que culminará en un importante núcleo poblacional en los siglos VIII a VI a. C., predecesor de la ciudad ibérica, que desde el siglo IV, será la base de la ciudad romana de Acinipo.

De la ciudad romana, que permanece en casi su totalidad sin excavar, lo hecho hasta ahora permite conocer el buen estado de conservación del urbanismo, constituido por edificaciones dispuestas en terrazas escalonadas, que salvan la acusada pendiente natural de la meseta donde se ubicaron. Se ha podido excavar en nuevas campañas con unos resultados interesantísimos, donde han aparecido una casa (domus) con un lararium, altar destinado al culto de los dioses lares, de gran similitud con la casa de Melendro en Pompeya y el “castellum aquae” (relacionado con las termas) con una extensión comparable a las de Carteya e Itálica, que reflejan la importancia de esta ciudad que acuñó moneda propia, cuyo símbolo era un racimo de uvas con dos espigas. Poseían estas termas un sistema de las tres piscinas escalonadas conservadas: caldarium, agua caliente, tepidarium, agua templada y frigidarium, agua fría. Así mismo se ha excavado el hipocaustum o lugar subterráneo, excavado en la roca, donde se producía el calor que calentaba el agua y las paredes de las termas.

El sistema defensivo que rodea toda la parte accesible de la cuidad es visible en superficie, del que se conservan lienzos de murallas ciclópeas, con torres circulares y cuadradas, observables en la ladera oriental de la mesa. En este mismo sentido, es posible observar la puerta monumental sur de la ciudad, que se conserva en relativo buen estado de conservación.

Sobre la meseta pueden verse esparcidos multitud de restos constructivos de todo tipo, pero lo que puede ser de mayor interés son una serie de monumentos epigráficos, algunos bien conservados, que dan idea de la importancia de la ciudad. También es posible observar las canteras de extracción de sillares para la construcción de edificios principales públicos y privados, que se encuentran dentro de los límites de la propia ciudad.

Sin embargo, el edificio mejor conservado y símbolo de la ciudad es su teatro. Excavado en la ladera todo su graderío, el vaciado suministró toda la piedra necesaria para la elevación del frente de escena, con dos pisos, en el superior con hornacinas para las estatuas de los personajes o dioses a los que se dedica la obra, y el inferior con puertas de acceso a los camerinos. El teatro de Acinipo es uno de los mejor conservados de la península ibérica.